16. Generosidad |
Primera parte
Yo, tu Ordenador, quiero hacerte una confidencia. Ten sumo cuidado con el egoísmo. El ciego amor a sí mismo es la raíz y fuente de todos los males que os fabricáis los hombres; de los males grandes y de los que parecen pequeñeces.
Comprendo que un niño, y cuanto más niño más, sea egoísta. Es tan débil y necesitado... Para subsistir necesita que le den todo. Es precisa la generosidad de los que le rodean para poder desarrollarse.
Pero ese egoísmo infantil, mantenido en una persona ya joven como tú, puede crear verdaderos monstruos, y los hay en abundancia. El peligro de serlo ronda a cada hombre, y también a ti. A lo largo de toda tu vida, sentirás que rebrota con fuerza. No es fácil la generosidad, porque el egoísmo tiene la propiedad de ocultarse tras las apariencias de bondad.